A todos nos gusta que nos escuchen, pero ¿Sabemos escuchar?

Comunicación
Cuando comunicamos algo queremos toda la atención de quien nos escucha,
pero cuando nos toca escuchar ¿Prestamos toda la atención debida?
Hace un par de días, tuve la oportunidad de dirigir un taller para parejas de novios, el tema 'La comunicación en pareja: Clave para un matrimonio feliz'; un tema bastante importante pero a la vez de mucha sensibilidad; ¿Por qué? Porque a veces las parejas no saben comunicarse y este termina siendo un detonante para conflictos.
Un par de semanas atrás dirigí un taller para un equipo de trabajo, ¿El tema? 'Comunicación eficaz y relaciones interpersonales', el mismo tema que dictaré en un par de semanas para otro grupo; ¿Por qué? Porque no solo las parejas tienes problemas de comunicación, también los tienen quienes trabajan juntos.
En ambos talleres, trabajados desde puntos de vista y contextos diferentes, buscamos alcanzar el mismo objetivo: Aprender a comunicarnos. Al final de cada taller siempre doy algunas recomendaciones y en esta ocasión les comparto una de ellas: '¡Saber escuchar!'.
Por lo general, cuando comunicamos algo queremos toda la atención de quien nos escucha, no solo que nos oiga sino que nos escuche y entienda lo que le queremos transmitir, pero cuando esto sucede al revés y somos nosotros quienes debemos escuchar, ¿Somos igual de exigentes? ¿Prestamos toda la atención debida? ¿Sabemos escuchar?
Me gustaría que tomemos en cuenta la definición de comunicación del autor Ángel Bager, especialista en liderazgo y trabajo en equipo: 'La comunicación es lo que el receptor entiende, no lo que el emisor dice'; es decir, no importa si lo dijiste bien si es que quien lo recibe no lo sabe recibir, y para recibir bien una información es necesario 'saber escuchar'.
A continuación les compartiré 5 puntos clave para aprender a ser mejores oyentes, es decir aprender a escuchar:
  1. Disposición para escuchar: ¿Cuándo alguien te busca para hablar contigo sigues en lo que estabas o dejas todo para atenderlo? Que molesto es hablar con alguien y siga mirando de vez en cuando a su reloj, celular, laptop o TV o pensando en otro tema (se nota cuando esto pasa); disponerse para escuchar es prepararse y disponer el espacio adecuado para atender a una persona, y si no puedes dejar de hacer lo que estabas haciendo será mejor citar a la persona para otro momento. Disponerte para escuchar, además de ser una muestra de respeto, es la mejor manera de generar confianza en la otra persona sea tu compañero, amigo, pareja o incluso un trabajador o jefe.
  2. Escuchar con atención: No solo es necesario crear el clima sino que es importantísimo prestar atención y el interlocutor debe darse cuenta que le estás escuchando con atención ¿Cómo? Con 3 consejos prácticos: Mirada fija en quien está hablando, expresiones faciales asertivas (evitar mostrar una actitud de juez o crítico) y finalmente dando señales de comprensión como asentir con la cabeza, con palabras como 'claro', 'te entiendo' o preguntas como '¿Que más?', '¿Qué sientes o sentiste?', etc.
  3. Generar y dar confianza: El principio de la comunicación está en que quien transmite información tiene una necesidad de comunicar algo y para bien o para mal te ha elegido a ti; a veces no porque quiera sino porque tiene que ser así. Pensemos en un trabajador con su jefe a quien debe pedirle un permiso o un consejo, en la gran mayoría de casos el primer sentimiento es el temor; o en el caso de las parejas, cuando se tiene que hablar de un tema sensible resulta muy difícil iniciar una conversación. ¿Cuál es la responsabilidad del oyente? Generar y dar confianza para que el emisor diga todo lo que quiere y necesita decir sin complejos. ¿Cómo? En parte es una cuestión de personalidad pero se puede regular y se pueden usar algunas frases asertivas como 'Dime, ¿En qué te puedo ayudar?' en vez de un 'Dime lo que necesitas rápido porque estoy apurado'.
  4. Ponerse en el lugar del otro: La persona que comunica algo tiene dos cosas, sentimientos y expectativas. Como oyente habrá que aprender a reconocer esas emociones y a detectar las expectativas. Por ejemplo el día de ayer mi esposa me cuenta algo personal, reconocí lo que sentía pero no sabía lo que quería, se lo pregunté 'Amor, ¿Deseas que te escucha o quieres un consejo?' contrario a lo que cualquiera pueda pensar me dijo 'Solo necesito que me escuches'. ¿Qué está sintiendo tu interlocutor? ¿Qué necesita de ti? ¿Respuestas, consejos o solo ser escuchado? Tendrás que descubrirlo, ¿Cómo? Poniéndote en su lugar, pensando como él, porque recuerda es una persona y al igual que tú tiene sentimientos y expectativas. No es suficiente con preguntarse ¿Cómo me sentiría si yo fuera él o ella? ¿Qué querría en su lugar? sino ¿Cómo se sentirá él o ella? ¿Qué necesita él o ella? Porque cada persona es distinta y una misma situación puede afectar de manera diferente a varias personas.
  5. ¡No INTERRUMPIR!: Que detestable es que alguien te interrumpa cuando estás hablando, incluso con el odioso 'disculpa que te interrumpa', claro que se pueden hacer preguntas para entender mejor la situación, pero no comentarios como 'Eso me recuerda a aquella vez en que...' o 'Te entiendo perfectamente a mi una vez me pasó que...'. Quien comunica, recuerda, tiene sentimientos y expectativas y una interrupción hace sentir mal (no genera confianza) y bloquea la principal expectativa de quien habla, ser escuchado.
Poniendo en práctica estos consejos podemos ser mejores oyentes, ¿Sabes por qué tenemos dos orejas y una boca? Para hablar menos y escuchar más, claro cuando no es nuestro turno de hablar.
Finalmente te comparto una pequeña historia que puede ayudarte a ser un mejor oyente: "El director de personal de una organización sale de su oficina al finalizar el día y se encuentra con su asistente, a quien le da una indicación 'El día de mañana por favor no quiero que me hagas tantas citas como el día de hoy, termino exhausto después de hablar con tantas personas, dar consejos y resolver sus problemas, creo que sería mejor que primero las atendieras tú y luego solo me derives las situaciones difíciles', a lo que el asistente respondió alegre 'Jefe, eso es lo que hago, hoy he atendido al doble de personas que usted', el director le preguntó cómo lo había logrado sin estar tan cansado como él, a lo que el joven respondió 'Mientras lo esperan, yo los escucho, al final les pregunto qué creen que deben hacer y mientras hablan se dan cuenta que ellos tienen la respuesta, me agradecen y se van'. 'Y porque no haces eso con todos' dijo el jefe; a lo que el joven respondió 'Eso, jefe, lo hago con todos, los que pasaron a su oficina solo quería saludarlo y comentarle que ya había resulto su problema y como usted estaba tan apurado no me dejó explicárselo, supuse que ellos lo harían ¿Les preguntó usted que querían o simplemente dio por supuesto que lo buscaban para escucharlo?'.
Es más importante escuchar primero antes de hablar, recuerda que quien habla tiene expectativas y la primera es ser escuchado, una vez satisfecha esta tal vez ni siquiera necesites hablar.

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